Realidad de los animales callejeros
La dolorosa realidad de los animales callejeros
No es novedad ver perros y gatos abandonados en las calles de Bogotá; detrás de esto hay diferentes motivos por los cuales terminan allí. Aun cuando hoy en día existen muchos refugios que albergan estos animales, no todos cuentan con la misma suerte.
Según la Fundación –Día de los Animales Callejeros–, a nivel mundial hay alrededor de seiscientos millones de perros y gatos abandonados en las calles, dato que es bastante preocupante, ya que el abandono sigue siendo un problema que precisa una mayor intervención de todos los agentes implicados para disminuir esta cifra.
Al no existir un control sobre la sobrepoblación de animales callejeros, se da una mayor exposición a enfermedades como la rabia y contacto con heces, especialmente de perros. Sin contar su sufrimiento al no tener techo, comida y cuidados básicos.
La participación ciudadana es sin duda, clave para luchar contra el problema del abandono de animales de compañía y por ello, es necesario educar acerca de las ventajas, pero también de las obligaciones que supone adoptar y de cómo la llegada al hogar de un perro o un gato puede influir en nuestro estilo de vida.
Hoy en día las mascotas brindan compañía, apoyo emocional, reducen la sensación de soledad, reducen los niveles de estrés; así lo aduce la Fundación Vivo Sano. También contribuyen a la autoestima y las emociones positivas, sobre todo para los niños. Muchas personas disfrutan de la compañía de su perro o gato y nunca pensarían en deshacerse de ellos, pues es considerado un miembro más de la familia. Sin embargo, en muchas ocasiones la convivencia entre personas y animales no siempre es un éxito y en algunos casos la relación
fracasa; cuando la familia no está comprometida, la adopción es su último recurso.
Son diferentes los motivos por los que los animales terminan en la calle, como falta de tiempo para darles la atención que requieren, dificultades económicas, camadas no deseadas, problemas de crianza, nuevos integrantes en las familias, o se pierden de su hogar. Sin embargo, lo que realmente viven los animales que pasan por estas situaciones es que algunos corren con suerte y otros no.
Según la opinión de estas fundaciones, es mucho mayor el porcentaje de perros y gatos que son encontrados en las calles, que el porcentaje de los que son llevados directamente a la fundación.
Cuando ingresan a los refugios, algunos de estos animalitos logran ser devueltos a sus dueños gracias a los microchips, otros logran obtener nuevos hogares por medio de la adopción, otros cuantos siguen en los refugios y unos pocos son sacrificados.
Los perros o gatos que son sacrificados, es por falta de espacio en los refugios; aunque lo prohíbe la ley de cero sacrificios, este método aún se usa pero en menor proporción que antes. No todos llegan en las mismas condiciones, algunos llegan sanos, otros heridos o enfermos. También se diferencian por los rangos de edades: adultos, senior y cachorros.
A la hora de adoptar, influyen diferentes razones: color, edad, si tiene o no enfermedades y qué tan amigable puede llegar a ser con su futuro dueño u otros animales.
Algunas personas que adoptaron hace un poco de su historia, por ejemplo Jimena: “al principio no quería tener mascotas, pero tiempo después decidí adoptar a Tommy cuando tenía un año, ya que veía que sus antiguos dueños lo maltrataban constantemente y de esta manera, poco a poco se generó una relación de afecto entre nosotros”.
Por su parte, Angélica nos cuenta: “cerca al trabajo de mi papá vi una perra tomando agua de un charco, por lo que deduje que no tenía dueño y decidí llevarla a mi casa, alimentarla, bañarla y finalmente, adoptarla”.
La mayoría de los refugios que hay en Bogotá son para los gatos y los refugios de perros por lo general quedan fuera de la ciudad, como en Chía, Cota o pueblos más distantes, esto hace que sea más común ver perros en las calles de la ciudad por la dificultad que implica transportarlos a estos alejados refugios y que sea más fácil la adopción de un gato. A pesar de todo esto, no se puede negar que los cachorros son los que corren con más suerte de ser adoptados, ya que son más atractivos para las personas adoptantes.
También es importante tener en cuenta que la mayoría de perros o gatos que llegan a un refugio tienen experiencias previas negativas con mucho sufrimiento, bien sea por el antiguo dueño o una persona externa, razón por la cual, ellos también tienen una personalidad diferente. Algunos animalitos pueden llegar a ser muy amigables, tanto con las personas, como con los de su misma especie. Otros pueden llegar a ser esquivos o tímidos.
Normalmente, en los refugios tratan de remediar los daños con los que llegan los animales, con terapias de confianza y amor, y en cuanto al estado de salud, se encargan de vacunarlos y hacer seguimiento médico semanal.
En el momento de la adopción las mascotas se entregan con todas las vacunas y esterilizados, adicionalmente seguimiento por un mes; pero antes de entregarlo a su potencial adoptante, los refugios se encargan de verificar que el interesado sea una persona que
realmente cuidará de él. La manera en que lo hacen, es por medio de visitas a las casas o videos y condiciones adicionales según el caso. Entre ellas, que las ventanas deben tener mallas, una carta donde se exprese por qué quiere adoptar una mascota y de esta manera es como se lleva a cabo el trámite y permiso para la adopción.
Algunos de los métodos que recomienda la Fundación Affiniti para evitar que perros o gatos terminen en la calle son:
- Educar con la ayuda de un educador o etólogo.
- Esterilizar, pregunta a tu veterinario para informarte sobre el proceso.
- Identificar, para recuperar a tu perro o gato si se pierde.
- Reflexionar antes de tener un animal de compañía.
- Adoptar, para darles una segunda oportunidad.
Estas mismas recomendaciones son para la personas que quieran adoptar, pero antes de hacerlo, recuerde asegurarse de estar preparado y de esta manera darle una segunda oportunidad a perros o gatos que están a la espera de un hogar.
