Revista Claroscuro

La nueva cara del Parque Nacional

LA NUEVA CARA DEL PARQUE NACIONAL

Los indígenas Emberá abandonan el Parque Nacional

EL LADO MÁS HUMANO DEL PARQUE 

Salta a la vista las condiciones en las que se vieron obligados a vivir los indígenas Emberá y cómo lo afrontaron.

Después de 8 meses desde  la llegada a Bogotá de las comunidades indígenas Emberá Katío y Emberá Chamí, fueron trasladadas a casas de apoyo, tras el acuerdo con las autoridades distritales para el desalojo del emblemático parque capitalino y posteriormente el retorno a sus territorios ancestrales de Risaralda y Chocó, a cargo de la Unidad para las Víctimas.

Durante la salida de dichas comunidades, se fueron adelantando labores de limpieza y recolecta de materiales aprovechables para la restauración del Parque Nacional

Su reparación integral consta de cuatro fases, según afirma la Secretaría Distrital de Ambiente

remoción de residuos, tratamiento de plagas (roedores, mosquitos y zancudos), recuperación de la cobertura vegetal y finalmente plantación de árboles que busca compensar la pérdida de alrededor de 70 de estos, según el balance de la Alcaldía Distrital.

E15 de mayo se realizó la remoción de 90 toneladas de residuos del parque.

Tras el balance preliminar que la Alcaldía publicó para la recuperación y restauración del parque, se encontró un fuerte problema de plagas, por lo que la Secretaría de Salud Distrital se pronunció diciendo: “Se inició el proceso para desratizar el lugar como consecuencia de la presencia de alimentos en el parque. Tenemos que esperar algunos días para que esa intervención haga su efecto y no presente ninguna amenaza”.

La presencia de los roedores alerta sobre las condiciones de salubridad y saneamiento en las cuales se veían obligados a vivir los Emberá, agravado por el demorado proceso para su reubicación. A esto se le suma que los s amenazados con esta situación, son los niños, que representan alrededor de la mitad de las personas allí asentadas.

Afirma la Secretaría de Ambiente, que al tener controlado y neutralizado el terreno de dichas plagas, podrá actuar el IDRD y el Jardín Botánico para la restauración de los puntos patrimoniales y zonas verdes. Entre las actividades que se adelantarán por parte de estas entidades está, retener el suelo, infiltrar el agua y oxigenar la tierra para garantizar el estado de los suelos del parque que se vieron altamente afectados, así como la restauración de esculturas y monumentos que dejan a la vista el paso de los más pequeños de la comunidad.

Se adelanta proceso de fumigación y control de plagas en el Parque Nacional. Fotografía: Juliana Arcila Fula

Es evidente el paso las comunidades indígenas y sobre todo la presencia de niños que allí habitaron; solo con recorrer los espacios del parque se ubican con facilidad objetos olvidados como juguetes, ropa, calzado y huellas que dejaron los más jóvenes, que por faltas de garantías de seguridad en sus terrenos ancestrales se vieron en la obligación de venir a la capital del país para ser escuchados y tomados en cuenta.

A la fecha ya fueron reubicadas 40 familias en la UPI (Unidad de Protección Integral) de La Florida, en Engativá, lugar donde las familias tienen acceso a agua potable, luz, infraestructura necesaria y demás. 

“Ellos decidieron trasladarse a la UPI La Florida y allí gozarán de condiciones dignas y favorables, especialmente para los más vulnerables, es decir, los niños, niñas y los adolescentes” afirmó la entidad.

El Parque Nacional es ahora una galería de arte que muestra cómo los niños, niñas y adolescentes dejaron plasmados sus frases, dibujos y emociones en los puntos patrimoniales del lugar, saliendo a la luz el lado más humano de la contingencia que allí vivieron.