Revista Claroscuro

Nota del editor

NOTA DEL EDITOR

Ricardo_Mantilla_A

El fotoperiodismo como disciplina reúne condiciones de servicio, capacidad de análisis,  mirada aguda, una importante habilidad técnica y táctica y un valor excepcional, condiciones muy especiales que exigen del fotógrafo integridad y sensibilidad.

Salir a la calle a observar el mundo, no es para todos. Al menos no de la manera en que lo hace un fotoperiodista, quien ve pasar el “tiempo” ante sus ojos y con él, los sucesos. Se convierte en un testigo permanente que tiene la responsabilidad de capturar con imágenes lo que sucede, llegar al centro de los hechos con una destreza tal, que incluso puede anticiparse a la acción para extraer momentos únicos de la realidad, aquellos que suelen llamarse: “instantes decisivos” y que son parte sustancial de la noticia, de un reportaje o un documental.

El fotoperiodista en esa acción permanente de ir por la noticia y por las imágenes que dan cuenta de los sucesos, debe sortear peligros contra su integridad física y profesional; moverse por lugares, culturas, grupos y territorios donde es percibido como amigo o enemigo; esta situación lo pone en posición de vulnerabilidad frente al abuso de la fuerza, ser víctima del delito o convertirse en objetivo para la manipulación a favor de intereses de terceros. Quien desarrolla esta labor, deberá lidiar con toda esa carga psicológica que ello implica, más el  riesgo particular de cada misión y aun así deberá mantener su sensibilidad para continuar mirando al mundo con humanidad.  

Informar, contextualizar, invitar a la reflexión, son funciones esenciales y relevantes para esta labor, que, como nunca antes asume retos difíciles en el mundo actual, entornos que cambian rápidamente, producción vertiginosa de imágenes y la generación masiva de  desinformación (información falsa). El fotoperiodista entonces deberá involucrarse lo suficiente para crear contenidos veraces, honestos, profundos y objetivos; persistir y resistir en esa gran corriente a la que nadie parece oponerse.

“Claroscuro” como medio, nace desde el Centro para la Industria de la Comunicación Gráfica – CENIGRAF-SENA –  para ofrecer al lector una mirada fresca del paisaje cultural que lo circunda, además, como un homenaje a esta disciplina y convertirse en canal para dicha labor. La revista está dedicada al fotoperiodismo donde todos estos retos han sido asumidos por  los naciente fotoreporteros formados en la cuna del Tecnólogo de Fotografía y Procesos Digitales, a quienes felicitamos en esta primera edición por haberlo hecho tan bien y por producir el insumo esencial para su contenido. 

A los lectores, una sincera bienvenida, esperando su compañía permanente en las ediciones trimestrales que están por venir. 

Un cálido saludo,
Ricardo Mantilla Alayón
Editor- Fundador